Relato de un octubre pasado...

Querido octubre:

Te escribo ahora, pero te leeré dentro de meses. Cuando lo dramático se haya convertido en cómico, tal y como leí en "Si tu me dices ven, lo dejo todo pero dime ven" de Albert Espinosa, una gran novela y un gran tío... El motivo principal de escribirte es puro desahogo.

Quería contarte que he vuelto a las andadas. Me he abandonado y no, esta vez no ha sido por falta de tiempo, esa falta viene más tarde. Lo que pasa aquí es que no existen palabras que calmen tanto cambio, letras que borren los veranos o suspiros que me guíen hasta ese "Dónde habita el olvido" del que tanto habla Sabina. Pero sí, las cosas han cambiado y mucho. He aprendido a esquivar las pisotadas, que cada escalón te lleva más arriba y que no hay cura para los imbéciles ni aunque les hagas llorar. Y mira, también me he dado cuenta de que el orgullo puede con todo, de hecho, es un amor... Ah! y que no se me olvide! Me he cortado el pelo. Yo que tanto amaba mi pelo largo....

Ya ves querido octubre... uno termina siendo lo que quiere ser. Te leo en unos meses. Hasta entonces.

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