Unas puertas se abren, otras se cierran

Podría decir que hace un tiempo, andaba traficando con recuerdos, retorciéndome con el olvido, o vaciándome como persona. Paseando por el pasado, o inventando esperanzas. Pero eso se acabó. Se acabó eso de fantasear con imposibles. Se acabó la culpa. Que las cosas eran muy distintas cuando oír su voz cada noche era la más bonita de las melodías o leer sus palabras la mejor prosa. Cuando sus abrazos eran el mejor refugio para cobijarse del frío de la ciudad. Como cuando eramos felices (o quizá no tanto). ¿Sabes? hubiera matado monstruos por ti. SOLO TENIAS QUE AVISAR. Hubiera ido a buscarte de la mano de la esperanza. Hubiera repetido un millón de locuras. Pero ya sabéis, el tiempo pasa, las cosas cambian y se hizo tarde. Y yo, ya no quiero ni imposibles, ni recuerdos. 
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La ilusión ha vuelto a mi puerta. 


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